Descripción
Un intercesor no nace, se hace. Cada mañana las misericordias de Dios son nuevas en su vida y el poder del Espíritu Santo le guiará para orar como conviene. Cada día será nuevo y diferente. No permita que la rutina toque su vida de oración. Tenga siempre una actitud de aprendizaje, esperando algo nuevo de Dios en su vida. Recuerde que su mente debe estar llena de la Palabra, su espíritu impregnado del corazón de Dios y su cuerpo bien alimentado, descansado y ejercitado.