UN PASTOR EFECTIVO / RENE PEÑALBA

Durante el proceso de edición de este libro no pude evitar, recordar la célebre frase del poeta y dramaturgo alemán refiriéndose a la valentía de algunos hombres; sin embargo, esa definición se queda corta cuando se habla de un hombre que ha servido íntegramente a Dios durante toda su vida. Que la vida cristiana es para valientes. Esto casi se ha vuelto un adagio en la manera de hablar de los cristianos hoy en día, y aunque no deja de tener razón, el cuasi refrán, muy pocos nos detenemos a pensar en qué clase de vida es la que debe de vivir un pastor. Es fácil juzgar, arremeter, señalar, incluso calumniar a estos siervos del Señor que llevan sobre sus espaldas enormes responsabilidades y que muchas veces suelen ser incomprendidos. He visto al pastor René Peñalba como músico en conciertos evangelísticos, tomar una guitarra y ministrar a una iglesia en tiempos de ayuno y oración, predicar álgidos temas de sanidad interior y guerra espiritual, sufrir un revés en su ministerio hace unos años y levantarse —de la mano de Dios— para fundar, crear y liderar este ministerio que hoy preside. He visto la unción de Dios sobre su vida, y lo he visto servir a Dios en diferentes escenarios y circunstancias. Y aunque es un tipo, con un carácter, peculiar, —diría yo—, es, ha sido y sin duda seguirá siendo un instrumento de Dios, por medio del cual se ha llevado el Evangelio de Jesucristo y el mensaje de Salvación a miles de personas, no solo en nuestro país o continente, sino en el mundo entero.

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Descripción

Durante el proceso de edición de este libro no pude evitar, recordar la célebre frase del poeta y dramaturgo alemán refiriéndose a la valentía de algunos hombres; sin embargo, esa definición se queda corta cuando se habla de un hombre que ha servido íntegramente a Dios durante toda su vida. Que la vida cristiana es para valientes. Esto casi se ha vuelto un adagio en la manera de hablar de los cristianos hoy en día, y aunque no deja de tener razón, el cuasi refrán, muy pocos nos detenemos a pensar en qué clase de vida es la que debe de vivir un pastor. Es fácil juzgar, arremeter, señalar, incluso calumniar a estos siervos del Señor que llevan sobre sus espaldas enormes responsabilidades y que muchas veces suelen ser incomprendidos. He visto al pastor René Peñalba como músico en conciertos evangelísticos, tomar una guitarra y ministrar a una iglesia en tiempos de ayuno y oración, predicar álgidos temas de sanidad interior y guerra espiritual, sufrir un revés en su ministerio hace unos años y levantarse —de la mano de Dios— para fundar, crear y liderar este ministerio que hoy preside. He visto la unción de Dios sobre su vida, y lo he visto servir a Dios en diferentes escenarios y circunstancias. Y aunque es un tipo, con un carácter, peculiar, —diría yo—, es, ha sido y sin duda seguirá siendo un instrumento de Dios, por medio del cual se ha llevado el Evangelio de Jesucristo y el mensaje de Salvación a miles de personas, no solo en nuestro país o continente, sino en el mundo entero.